La compañía Metafase, especializada en fuerzas de ventas, afirma que el 70% de las decisiones de compras se toman en el punto de venta.
Esto implica que la mayoría de las veces no son decisiones premeditadas sino más bien impulsivas. Cuanto más impulsiva sea la decisión de comprar algo, más influyen los elementos que hay en el punto de compra.
También sabemos que la toma de decisión es abierta y en la mayoría de las ocasiones, no buscamos una marca fija, salvo en compras muy específicas, en realidad, nos dedicamos a elegir el producto que más nos gusta dentro de una gran oferta.
¿Qué es lo que hace que nos compremos una camiseta en un sitio y no en otro?
La experiencia, la sensación que nos transmite un sitio u otro también nos acerca a ciertos valores con los que nos podemos sentirnos identificados. La experiencia de compra nos hace recordar otros momentos donde hemos podido sentir bienestar. El cómo nos hace sentir es lo que al final importa para tomar la decisión final de compra.
El marketing sensorial juega un papel crucial en esta toma de decisión; jugar con los sonidos, las imágenes, la iluminación y el olor es fundamental para conectar con esa parte más emocional del consumidor que poco tiene que ver con el precio y la calidad y está mucho más relacionado con lo que te está haciendo sentir.
Por eso es tan importante generar un espacio en el que nuestros clientes puedan vivir experiencias divertidas, donde están cómodos, ambientes divertidos, confortables o tranquilos, todo depende de con qué quieres que se relacione tu marca.
Dentro del marketing sensorial, un elemento fundamental son las pantallas de Led, pueden cambiar completamente la experiencia del cliente, la mayor parte de información la recibimos a partir de estímulos visuales.
Las pantallas de Led tienen la capacidad de transportarte a cualquier parte, jugando con los contenidos podemos crear un ambiente diferente y contribuir a que nuestros clientes no solo compren en el momento, sino que quieran repetir.
No es lo mismo verlo que imaginarlo y eso es justo lo que consigue el marketing sensorial, que vivas no que imagines.